El principal objetivo del filtro de combustible es limpiar del combustible la suciedad y los residuos que dañan las boquillas, los inyectores y las bombas de combustible diésel. El daño infligido a estos componentes y a otros puede desembocar en un arranque deficiente, un mayor consumo de combustible, una menor potencia del motor y un fallo en los componentes.
El papel secundario del filtro de combustible, y casi igual de importante, es el de separador del agua. Un combustible contaminado con agua se quemará de forma deficiente y provocará una reducción de la potencia y la corrosión de algunos componentes, como los inyectores y las bombas de combustible, lo que se traduce también en un menor rendimiento del motor. El desgaste del inyector de combustible es el motivo principal para realizar una sustitución precoz y la mejor forma de evitar el desgaste es filtrar de forma eficaz el combustible.
Un sistema de combustible típico devuelve el combustible no usado al depósito, lo que significa que por el filtro pasará combustible en ciclos de forma ininterrumpida. Por un filtro de combustible pasan alrededor de 1,5 litros de combustible por minuto, un total de 45 000 litros de combustible cada 500 horas de funcionamiento.
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